jueves, 19 de mayo de 2011

EGOISTA


Alguna vez me insultaste y me dijiste egoísta, cuando en un instante de amor, te negué un beso, no por desamor, sino por que vinieron después de una ofensa, y como siempre te enseñare lo que es serlo, así que tú, que se que lo estás leyendo, solo por una vez no digas nada y acepta

Egoísta es y fue:

 Tu amor, que solo busco recibir y nunca dar nada, cuantas veces te reclame que solo me quieras, pero en ti nunca había ni siquiera una muestra de cariño para dar.

Tus besos, esos que solo dabas cuando debías por que era imposible evitarlo, mientras que de mí los recibías a saciar.

Tu atención, nunca estabas para mi, siempre era el último en el orden de tu vida, cuando en el mío estabas siempre adelante.

Tus miradas, esas que me enamoraron y que ahora solo se buscar sin éxito, tanto así que ya no sé ni cómo es tu mirada, esa que usas para engatusar.

Tus manos, las que sujete tantas veces y llene de lo necesario para que puedas continuar y que me abandonan, así me vean arrastrar.

Tus sueños, los que hice realidad de los tuyos con tal de verte feliz, de los míos solo te encargaste de hacerlos volar para verlos caer con más fuerza como en este final.

Tu alegría, la cual alimente día a día, con tal de borrar tus fracasos, tus penas, pero que en cambio se llevo la mía.

Tu lealtad, esa que te di desde el momento que llegue a tu vida, y que reclamaste sin parar, pero que en ti nunca pudo saber guardar.

Tus lágrimas, esas que aprendí a secar de tu rostro en cada pena, pero que en tu caso solo te dedicabas a generar en mí por tu amor insano.

Tu honor, el que defendí  ante todos porque me enorgullecía de lo que yo decía de ti, pero que tú te encargaste de destrozar de mí.

Tu piel, esa que llene de amor y pasión que ni tu podías manejar, y que en mi solo diste cuando querías recibir, nunca cuando yo deseaba de ti.

Tu ego, ese que resalte sin cesar para enseñarte que todo lo podías lograr, y que en el mío solo supiste pisotear.

Tu bondad, porque solo la buscabas para ti, la que recibías sin un solo esfuerzo dar, pero que en ti por más que busque, pude encontrar.

Familia, porque esa te di, te enseñe a valorarla, a ansiarla, porque era valido que tu también podías tenerla, pero que nunca supiste entender, ni merecerla.

Hijos, esos que te ayude a desear, pero que por tu vida sin responsabilidades optaste dejar, y que se que en la vida solitaria que te espera,  tu culpa te volverá a torturar…

Algún día entenderás que es verdad, fui egoísta, porque pensé que podías ser para mí, pero más egoísta fuiste tú, que solo tenias manos para recibir y toda tú, para dejar de dar… 


3 comentarios:

Anónimo dijo...

para quien es

Anónimo dijo...

muchas veces damos tanto q no nos importa cuanto damos pero cuando nos damos cuenta fue demasiado tarde y solo queda el lamento y el dolor....

emilio obregon dijo...

no es para nadie en especial, pero espero que nadie se sienta aludida