AÑORAR

Me lo podía imaginar, pero es increíble observar  como una vida en formación dentro tuyo te vuelva en una verdadera ilusión, que cada día que pasa no dude en decir que solo reflejas por fuera el milagro que tienes por dentro, y que solo dejas en deuda las palabras con lo que mis ojos se llenan al verte…

Siempre creí desde que te conocí en la idea de compartir a tu lado el sueño de un pequeño fruto de todo lo que sentíamos y que desbordábamos en cada instante de amor, esos que eran inacabables en tiempo y hechos, tantas veces soñábamos con esto, y para ti se dio ;  siempre pensé que cada minuto a tu lado seria corto si solo pensaba en lo que deseaba de ti: todo lo que venga de ti, tu presente y tu final…

Quería ser tu primer beso, no el que te dieron de chica sino el que te diste con la convicción de que todo lo dicho en la antesala era una verdad, que esa frase de amor eterno, era eterna en verdad, que si podía invadir tu vida y apoderarme a pocos de ella (como tú lo hiciste con la mía), hasta que respiraras por mí, y no vivieras sin mi…

Siento que las promesas reamente valían, que solo falló el momento, o el mundo actuó como siempre lo hace para quebrar todo, o quien sabe para ponerlo a prueba y dar fuerza a cada palabra, a cada suspiro que me regalabas en cada abrazo, que cada día se volvía en ruegos de no soltarte jamás, no sé si el mundo gano o solo hizo tregua para este final…

Te veo ahora llena de vida, y dándola a otro, y siento que la diste a la mía, que darás a un niño que crecerá y hará su vida al final, pero que este niño que hiciste de mí, no se apartara de ti jamás, que te vera siempre como su eterna mama, a quien  cuidar, amar, pero de quien sentir solo ese amor incondicional que se da a la sangre que aunque no es la misma, te amarra mas, te necesita más, que no me basta con tus cuidados, si es que no vivo con la eterna esperanza que este suplica se haga realidad, solo si tu vida sigue junto a la mía, como espero sea siempre al final de esta obra que empezó cuando te vi llegar…